Silverio Pérez visto por Carlos Ruano Llopis |
Esas actuaciones se producían generalmente en el verano, época en la que la actividad taurina decrece en México, principalmente por coincidir con la temporada de lluvias, tiempo de aguas decimos aquí. Por eso es que el ciclo taurino por excelencia comienza aquí a finales de octubre o inicios de noviembre y termina el mes de mayo del año siguiente. Sí, nuestras temporadas son una especie de “ejercicios montados” porque inician en un calendario y terminan en otro, pero el hecho de que donde más se concentra la actividad esté al Sur del Trópico de Cáncer, genera esas complicaciones climáticas.
Por esa razón en el año del 39 del pasado siglo, toreros como Fermín Espinosa Armillita, Luis Castro El Soldado, José González Carnicerito de México y Silverio Pérez, junto con los novilleros Manolo y Carlos Arruza se dirigieron a Portugal tras de que terminara aquí en México la temporada taurina. Francia estaba fuera de toda cuestión, puesto que con los conflictos de orden político – militar que empezaba a tener con la Alemania de Hitler, prolegómenos de la II Guerra Mundial, la actividad taurina estaba suspendida y no se reanudaría sino hasta después de terminada esa confrontación bélica.
Silverio Pérez en Europa
Antes de la actuación que este día me ocupa, El Faraón de Texcoco ya se había presentado en los ruedos de Europa. En 1935 aprovechó el verano para hacer campaña en España como novillero y he podido localizarle, aparte de su histórica presentación en la plaza de Tetuán de las Victorias, otras como la reaparición en ese mismo ruedo, y su debut en las plazas de Valencia, Barcelona, Salamanca y por supuesto, su presentación en la plaza de Las Ventas el 26 de septiembre de ese año, fecha en la que cerró su campaña por aquellas tierras.
Así que los ruedos del otro lado del Atlántico no le eran precisamente extraños a Silverio, quien volvería a ellos en el año de 1945, ya como matador de toros a hacer una breve pero exitosa campaña en plazas como Barcelona o Burgos dejando la impronta de su calidad torera y humana en todos los sitios en los que actuó.
La corrida del 2 de julio de 1939 en Lisboa
Su presentación ante el público lusitano se dio en una corrida dentro de lo que en la época se llamó la temporada de julio en la capital portuguesa. Se anunció a los toreros a caballo Joao Branco Nuncio y José Casimiro y a los toreros a pie Fermín Espinosa Armillita Chico y Silverio Pérez para enfrentar ocho toros de la ganadería de Joaquim de Oliveira Fernandes. Inicialmente se señaló que la corrida sería con picadores, según se desprende de la siguiente información aparecida en el Diario de Lisboa fechado el 28 de junio de 1939:
El domingo por la noche, en Campo Pequeno, adornado Portugal, por el asombroso «diestro» mexicano «Armillita Chico» … «Armillita Chico» es el más completo de los toreros actuales y figura del toreo mexicano y como informamos, salió expresamente rumbo a Europa contratado por la Empresa de Campo Pequeno para torear dos corridas, despidiéndose de nuestro público, la noche del domingo, en la corrida en la que alternará con otro gran torero también mexicano: Silverio Pérez… Esa noche se lidiarán toros de la inmensa ganadería que tanto éxito consiguió en el primer festejo de esta temporada, perteneciente a don Joaquim de Oliveira Fernandes, de Évora. La bravura, nobleza, y presentación de los toros del Sr Oliveira Fernandes ha dejado un gran palmarés y se espera con gran interés la lidia de un nuevo encierro de la misma ganadería… «Armillita Chico» y Silverio Pérez actuarán con «picadores», en la lidia de cuatro toros y el resto serán toreados por los notables caballeros Joao Nuncio y José Casimiro…
Me llamó la atención que se anunciara que Armillita y Silverio actuarían con picadores, caso poco frecuente en los ruedos portugueses, pero veremos pronto que las cosas se produjeron de manera diferente.
El encierro de Joaquim de Oliveira
La corrida de Joaquim de Oliveira Fernandes estaba destinada a llamar la atención. Así, el Diario de Lisboa del último día de junio anunciaba que esa noche, se llevaría a cabo de manera pública y con entrada gratuita, el desencajonamiento de los toros en el ruedo de Campo Pequeno:
Hoy, a las 22:30 horas, en la arena de Campo Pequeno, serán desencajonados a la vista del público, que tendrá entrada libre, los toros de la acreditada ganadería del señor Joaquim Oliveira Fernandes que, pasado mañana por la noche, serán lidiados por los toreros mexicanos «ARMILLITA CHICO» y SILVERIO PÉREZ y por los notables caballeros JOAO NUNCIO y JOSÉ CASIMIRO… Las taquillas abrirán el día de hoy. Los señores abonados deberán retirar sus entradas antes de las 21:00 horas…
La descripción de los sucesos del desencajonamiento de los ocho toros verificado la víspera en el ruedo de Campo Pequeno, entre otras cosas cuenta lo siguiente:
La empresa de Campo Pequeno abrió ayer sus puertas para que el público viese el desencajonamiento de los toros. El público llenó la plaza y salió entusiasmado con la fina presentación de los ocho toros que «ARMILLITA CHICO», SILVERIO PEREZ, JOAO BRANCO NUNCIO y JOSE CASIMIRO lidiarán mañana en la gran corrida nocturna, dedicada a los «equipos» que, en la tarde, disputarán el encuentro Lisboa – Sevilla… Toros bien criados, finos y bien armados, dando, por la manera en la que salieron de los cajones, los mejores indicios de casta y de bravura… La corrida dará inicio a las 22:15 horas para dar tiempo a que los entusiastas del «football» puedan asistir…
El festejo y su resultado
La crónica de la corrida aparecida al día siguiente del festejo, firmada por F, es brevísima, más concentrada en la actuación de los cavaleiros que en la de los toreros a pie, según podremos leer enseguida:
Con buena entrada se realizó ayer por la noche en Campo Pequeno una corrida para la cual, el Sr. Joaquim de Oliveira Fernandes envió ocho toros grandes y con nervio. Tan grandes y con tanto nervio que la lidia de los cuatro en puntas que salieron para los espadas, fue muy perjudicada por la falta de picadores… Fuera de algunos «encontronazos» de los toros, extraordinariamente veloces con los caballos, los caballeros triunfaron. Joao Nuncio, después de haber resuelto con brillantez las dificultades que le presentó el primero, tiró, como él lo sabe, de todo su arte en su segundo cuyas «ganas de pelea» hubieran permitido algunos pases de muleta. José Casimiro toreó con alegría y rapidez, siendo también justamente aplaudido… Los mexicanos «Armillita Chico» y Silverio Pérez no pudieron sacar gran partido de los toros, por no tener con ellos a sus «cuadrillas» … El segundo, lleno de ganas de triunfar, y sin esa apatía y desinterés que dan los coches caros y el dinero en los bancos, buscó hacerse de cartel, demostrando ya sea con la capa o con la muleta, que es un torero fino y valiente. En cuanto a «Armillita Chico», estuvo hecho un gran banderillero... Y, ya que hablamos de fiesta: ¿Leyeron lo que declaró Marcial Lalanda, como titular del Sindicato de Toreros? Dijo que «las corridas de toros ya no son un espectáculo cruel porque, entre otras medidas, ahora se inyecta morfina a los caballos». Ahora, como muchos toreros ya consumen «estupefacientes», sólo queda inyectar a los toros para que el espectáculo se vuelva completamente «estúpido». No hablamos del público…
De las breves líneas dedicadas a su actuación, se observa que la actuación de Silverio Pérez causó buena impresión en la crítica y en la afición de la capital de Portugal, lo que le valió volver pronto a la plaza de Campo Pequeno el 27 de julio siguiente, para actuar en un festival a beneficio de los empleados del comercio de Lisboa, en un cartel formado con los rejoneadores Joao Branco Nuncio, José Casimiro, Fernando Salgueiro y Vasco Jardim, y los espadas Armillita Chico y el novillero Carlos Arruza, con novillos de Claudio Moura, antes Viuda de Soler.
Escribió Guillermo H. Cantú:
La etapa taurina de Silverio en Portugal no ha sido suficientemente valorada, como si por el hecho de no matar a los fuertes y grandes toros lusitanos, lo que los toreros realizan con ellos careciera de mérito… Las poblaciones de Lisboa, Oporto, Nazareth, Villa Franca de Xira y otras más, atestiguaron los avances y evolución del texcocano, en una serie de triunfos consecutivos que pocos mexicanos han obtenido en aquellas tierras…
El hecho de que los toros no mueran a estoque en los ruedos portugueses luego nos induce a pensar que lo que se hace ante ellos tiene menos mérito que cuando se hace ante los toros que mueren en el ruedo. Sin embargo, también tendemos a soslayar que en los festejos a la portuguesa no hay picadores, que el toro llega casi entero al tercio final, y poder con ellos, tiene un mérito indiscutible.
Es por ello que lo realizado por los toreros a pie que allá se presentan y en particular en la tarde relatada por Silverio Pérez tiene una gran importancia. Es por eso que recuerdo este día su presentación en la plaza de Campo Pequeno.